Por Grupo de Estudios en Antropología Crítica (GEAC)
Versión en castellano seguida de la versión en portugués
Muy lejos de las esperanzas y proyectos cultivados por los distintos colectivos que hoy en día se sienten identificados con el gobierno bolivariano – y muy cerca del vocabulario propagado por los medios de comunicación hegemónicos –, el documento firmado por los “intelectuales de izquierda” pone al descubierto las inconsistencias de un estilo de pensamiento crítico que prefiere las garantías del léxico liberal a la exploración de su vaciamiento hacia nuevas formas de organización colectiva y de participación popular.
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No hay que volver a la normalidad. Breve respuesta a los “intelectuales de izquierda” sobre la situación en Venezuela.
El 30 de mayo se dio a conocer un texto titulado “Llamado internacional urgente a detener la escalada de violencia en Venezuela“. Dicho documento ha sido firmado por investigadores y activistas tradicionalmente comprometidos con diferentes expresiones del pensamiento crítico en América Latina y en otras regiones del mundo. Desde el Grupo de Estudios en Antropología Crítica consideramos que, pese a sus pretensiones democráticas y dialógicas, las categorías movilizadas en el texto en cuestión representan un retorno a cierto consenso liberal; consenso que limita a un repertorio retrógrado las alternativas políticas disponibles en el contexto de la actual conflictividad social observada en Venezuela. La apología que hace el documento de la democracia participativa y la realización de elecciones periódicas, bien como su denuncia del gobierno venezolano y sus presuntos “rasgos autoritarios” nos parecen ampliamente insuficientes para formular salidas políticas que hagan justicia a la radicalidad de las perspectivas sociales abiertas por la revolución bolivariana.
Muy lejos de las esperanzas y proyectos cultivados por los distintos colectivos que hoy en día se sienten identificados con el gobierno bolivariano – y muy cerca del vocabulario propagado por los medios de comunicación hegemónicos –, el documento firmado por los “intelectuales de izquierda” pone al descubierto las inconsistencias de un estilo de pensamiento crítico que prefiere las garantías del léxico liberal a la exploración de su vaciamiento hacia nuevas formas de organización colectiva y de participación popular. Ante la conflictividad social observada en Venezuela, la única solución esgrimida por el “Llamado internacional” consiste en reanudar las rutinas electorales – que, dicho sea de paso, han sido respetadas por el chavismo en los últimos 17 años e impugnadas reiteradas veces por las organizaciones más visibles de la oposición – y condenar, en forma abstracta, el “autoritarismo” del gobierno. Tal postura desconoce completamente el hecho de que la oposición venezolana no ha declinado nunca del horizonte golpista y ahora pretende llevarlo hasta las últimas consecuencias en medio de una grave crisis de abastecimiento. La oposición ha utilizado los procesos electorales en forma oportunista, como herramienta para legitimar estrategias destituyentes cuyos fines últimos no han sido jamás sometidos a un amplio debate social.
Naturalizar los esquemas de la democracia representativa, como si fueran el único lugar disponible para dirimir los antagonismos sociales, significa negar los múltiples e intensos procesos de autoorganización respaldados por el experimento chavista. Dichos procesos podrían hoy representar una fuente de insumos políticos y organizativos para la profundización del poder popular en Venezuela más allá de los marcos institucionales existentes.
En vez de volver a la normalidad, haría falta una razón crítica que nos permita salir de la polarización actual a remolque de los enunciados más creativos y radicales que en ella se gestan. Hablar de elecciones y señalar el “autoritarismo” de los demás nos mantiene ahogados en la polarización y, lo peor de todo, nos inscribe en su lado más conservador y cínico. El desafío, quizás, sea preguntarse sobre las potencias que, en el marco de la tremenda agitación popular denominada “chavismo”, pueden conducir la revolución bolivariana a cumplir las promesas más osadas que han tenido lugar bajo su influjo. Hacemos nuestras las palabras de un reciente comunicado que procura interpelar críticamente los presupuestos teórico-políticos del “Llamado Internacional” firmado por los “intelectuales de izquierda”: “los diálogos despolarizados son el ‘no lugar’ desde donde se pretende detener la escalada de violencia sin cuestionar lo patriarcal, lo colonial y el racismo estructural que la condiciona, sin enfrentar la lógica de acumulación que la gestiona, es tan solo el consenso de los que tienen voz”.
Para finalizar, queremos suscribir una intuición publicada hace algunos días en el blog Lobo Suelto que nos previne contra la tentación de enunciar nuestro propio devenir y el de los demás recurriendo a las mistificaciones instaladas por las fuerzas del orden: “El camino no es “despegar” del chavismo, como si nada nuestro hubiera en él, a pesar de que siempre lo hemos discutido, sino comprender, al contrario, lo que en nosotros está en juego cada vez que, bajo la máscara del liberalismo, se traman alianzas inaceptables con las fuerzas del orden, esas que siguen mandando – a pesar de las apariencias – desde los centros articulados al mercado mundial y las potencias regionales”.
Grupo de Estudios en Antropología Crítica
Porto Alegre (Brasil) -Bogotá (Colombia), 15 de junio de 2017
Más textos relacionados con el Llamado internacional urgente a detener la escalada de violencia en Venezuela:
– La izquierda despolarizada: Del monólogo de Próspero al Diálogo con Calibán
– Enrique Dussel responde a intelectuales de izquierda que han criticado a Venezuela
– Los intelectuales de izquierda y la situación venezolana (Lobo Suelto)
– Ramón Grosfoguel habla sobre situación de Venezuela
Escritos aclaratorios de los firmantes:
– Mi posicion sobre Venezuela (Boaventura de Sousa Santos)
– Carta Abierta al Campo Militante Prochavista de la Argentina (Maristella Svampa)
VERSIÓN EN PORTUGUÉS
Não voltemos à normalidade. Breve resposta aos “intelectuais de esquerda” sobre a situação na Venezuela.
No dia 30 de maio foi divulgado um texto intitulado “Llamado internacional urgente a detener la escalada de violencia en Venezuela”. Este documento recebeu a adesão de pesquisadores e ativistas tradicionalmente comprometidos com diferentes expressões do pensamento crítico na América Latina e em outras regiões do mundo. O Grupo de Estudos em Antropologia Crítica considera que, apesar de suas pretensões democráticas e dialógicas, as categorias mobilizadas no texto em questão representam um retorno a certo consenso liberal; consenso que restringe a um repertório retrógrado as alternativas políticas disponíveis no contexto da atual conflitividade social observada na Venezuela. O documento faz apologia da democracia participativa e da realização de eleições periódicas ao passo que denuncia os supostos “traços autoritários” do governo venezuelano. Tais atitudes nos parecem amplamente insuficientes para formular saídas políticas que façam jus à radicalidade das perspectivas sociais abertas pela revolução bolivariana.
Longe dos projetos e das esperanças cultivados pelas diferentes agrupações que hoje em dia se sentem identificadas com o governo bolivariano – e muito próximo do vocabulário propagado pelos meios de comunicação hegemônicos –, o documento assinado pelos “intelectuais de esquerda” ilumina as inconsistências de um pensamento crítico que prefere se refugiar nas garantias do léxico liberal em vez de explorar seu esvaziamento em favor de novas formas de organização coletiva e participação popular. Diante da conflitividade social observada na Venezuela, a única solução esgrimida pelo “Llamado internacional” consiste em restabelecer as rotinas eleitorais – que, diga-se de passagem, foram respeitadas pelo chavismo nos últimos 17 anos e impugnadas reiteradas vezes pelas organizações mais visíveis da oposição – e condenar, de forma abstrata, o “autoritarismo” do governo. Estas posturas desconhecem completamente o fato de que a oposição Venezuelana nunca declinou do horizonte golpista que agora pretende levar até as últimas consequências em meio a uma grave crise de abastecimento. A oposição vem utilizando os processos eleitorais de forma oportunista como ferramenta para legitimar estratégias destituintes cujos fins últimos não foram jamais submetidos ao amplo debate social.
Naturalizar os esquemas da democracia representativa como se fossem o único lugar disponível para a dirimir os antagonismos da vida coletiva significa negar os múltiplos e intensos processos de auto-organização respaldados pelo experimento chavista. Ditos processos poderiam, hoje, representar uma fonte de insumos políticos e organizativos para a o aprofundamento do poder popular na Venezuela mais além dos marcos institucionais existentes.
Em vez de “voltar à normalidade”, é necessário exercitar uma razão crítica que nos permita sair da polarização atual na esteira dos enunciados mais criativos e radicais que se gestam em seu marco. Falar de eleições e apontar o autoritarismo dos demais nos mantém completamente imersos na polarização e, o pior de tudo, nos inscreve em seu lado mais conservador. O grande desafio para os “intelectuais de esquerda” talvez seja se perguntar pelas potências que, no seio da tremenda agitação popular denominada “chavismo”, possam conduzir a revolução bolivariana a cumprir as promessas mais radicais que emergiram sob seu influxo. Fazemos nossas as palavras de um recente comunicado que procura interpelar criticamente os pressupostos político-teóricos do “Llamado internacional” assinado pelos “intelectuais de esquerda”: “os diálogos despolarizados são o ‘não lugar’ a partir do qual se pretende deter a escalada de violência sem questionar as inclinações patriarcais, coloniais e o racismo estrutural que a condicionam, sem enfrentar a lógica de acumulação que a impulsiona. Trata-se de um chamado ao consenso daqueles que têm voz”.
Para finalizar, queremos ratificar uma intuição publicada alguns dias atrás no blog Lobo Suelto que nos previne contra a tentação de enunciar nosso próprio devir e o devir dos demais recorrendo às mistificações instaladas pelas forças da ordem: “o caminho não é ‘decolar’ do chavismo, como se não houvesse nele nada de nós mesmos, ainda que sempre o tenhamos discutido. A questão, pelo contrário, é compreender o que está em jogo cada vez que, sob a máscara do liberalismo, tramam-se alianças inaceitáveis com as forças da ordem. Forças estas que seguem mandando – apesar das aparências – a partir dos centros articulados aos mercados mundiais e às potências regionais”.
Grupo de Estudos em Antropologia Crítica
Porto Alegre (Brasil) – Bogotá (Colômbia), 15 de junho de 2017.
Mais textos relacionados com o “Llamado internacional urgente a detener la escalada de violencia en Venezuela”:
– La izquierda despolarizada: Del monólogo de Próspero al Diálogo con Calibán
– Enrique Dussel responde a intelectuales de izquierda que han criticado a Venezuela
– Los intelectuales de izquierda y la situación venezolana (Lobo Suelto)
– Ramón Grosfoguel habla sobre situación de Venezuela
Escritos nos quais alguns dos intelectuais que aderiram ao “Llamado” procuram esclarecer sua posição:
– Mi posicion sobre Venezuela (Boaventura de Sousa Santos)
– Carta Abierta al Campo Militante Prochavista de la Argentina (Maristella Svampa)
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